Me avergüenza pensar que ha habido en mi vida muchos (para mí, demasiados) momentos en los que me he considerado única. Es cierto que hace tiempo que ya no siento aquella ilusión por declararme diferente a todos los demás, la cual, para qué negarlo, era increíblemente hermosa.
Os preguntaréis (no, en realidad no lo haréis, pero me gustaría simplemente responder a esa pregunta y pretender que no hablo únicamente conmigo misma) cuál ha sido la causa por la que, de repente, he dejado de sentirme anormal y he decidido asumir, sin ninguna duda, que no soy más que una personas de otras muchas que rodean este mundo. Pues bien, he aquí una sencilla aclaración: Porque
Vistas de página en total
martes, 29 de mayo de 2012
sin razón, con corazón. Y nada más que decir.
Si creyera en el destino, tal vez ahora lo trataría de enemigo.
Si pensase que realmente hay una fuerza que decide cómo unirnos, separarnos, que controla nuestros actos, cual divinidades griegas que juegan con un hilo y deciden si cortarlo o continuar extendiendo, con parsimonia, una longitud eterna y que sin embargo, ellos mismos deciden acabar, me encontraría (si acaso) (más) perdida, confusa. Tal vez replantearía lo que para mí ha sido el comienzo de una nueva vida...
Pero no creo en esas cosas. No lo hago porque, aun existiendo, no permitiría que jugasen conmigo. Nunca he sido la muñeca de nadie, y mucho menos, afirmo, de un ente tan divino que no soy capaz de entender con mi mente limitada de ser humano insulso y hormonalmente joven.
Si me ponen problemas, si luchan para que consiga ser, al fin, feliz, pues reiré si cabe aún más fuerte. Porque a mi no me gana nadie, al menos en cuanto a mi ego. Y la única que puede hacerme daño, la única que es capaz de desgarrar mi alma hasta convertirla en un pozo de sangre y residuos espirituales aptos para ser devorados por una multitud de hambrientos gusanos sin piedad ni escrúpulos por su parte, ESA soy yo.
Y yo he decidido ser feliz. Ahora que puedo.
Si pensase que realmente hay una fuerza que decide cómo unirnos, separarnos, que controla nuestros actos, cual divinidades griegas que juegan con un hilo y deciden si cortarlo o continuar extendiendo, con parsimonia, una longitud eterna y que sin embargo, ellos mismos deciden acabar, me encontraría (si acaso) (más) perdida, confusa. Tal vez replantearía lo que para mí ha sido el comienzo de una nueva vida...
Pero no creo en esas cosas. No lo hago porque, aun existiendo, no permitiría que jugasen conmigo. Nunca he sido la muñeca de nadie, y mucho menos, afirmo, de un ente tan divino que no soy capaz de entender con mi mente limitada de ser humano insulso y hormonalmente joven.
Si me ponen problemas, si luchan para que consiga ser, al fin, feliz, pues reiré si cabe aún más fuerte. Porque a mi no me gana nadie, al menos en cuanto a mi ego. Y la única que puede hacerme daño, la única que es capaz de desgarrar mi alma hasta convertirla en un pozo de sangre y residuos espirituales aptos para ser devorados por una multitud de hambrientos gusanos sin piedad ni escrúpulos por su parte, ESA soy yo.
Y yo he decidido ser feliz. Ahora que puedo.
viernes, 25 de mayo de 2012
No hay mayor impotencia para una persona que defiende poseer litertura en el alma
que
no ser capaz de expresarse fácilmente con palabras.
(sí, yo soy la mayor culpable)
hasta que fui capaz de comprender
Que solo con su
mi existencia era sumamente desgraciada.
funcionando
dañando
y pensando
y dañando
y dañando
y dañando
que
no ser capaz de expresarse fácilmente con palabras.
Una vez llegue a las nubes,
Olvidé como se hablaba.
Puesto que no es necesario utilizar expresiones
para hacerle ver al mundo
que estaba felizmente enamorada.
Ha pasado el tiempo
y he sabido convivir sin ocultarme en oraciones insulsas, que semejan ser profundas pero no quieren decir nada.
Nada más que,
únicamente por mi culpa ,(sí, yo soy la mayor culpable)
hasta que fui capaz de comprender
Que solo con su
SONRISA
yo podía sanar mi alma,mi existencia era sumamente desgraciada.
Mas ¿a quién engaño, con mi sonrisa en la cara?
ahora soy de las que teme que la vida, que no para,
me engañe para que escoja
la manzana envenenada
Mi mente sigue dañando
y dañando
y dañando
y dañando
Y veo que no puedo hacer nada.
Nada más que,
rezar
a un
Dios
en el
que
No creo, para que me ayude a buscar
la forma de expesarme de nuevo con
Palabras y así poder dar como yo he
querido
poder
darlas
al que
solo
y de
forma
única
Ha sabido encontrar aun en mi alma,
de semejanza oscura, perdida y con toque a melodrama
Un pequeño halo de luz, un resquicio de esperanza, un sentido
a los momentos , todas las etapas malas. y los lloros a los que ahogaba
con miedo y sin fuerzas en el centro de mi almohada, sin ganas de nada más
que que todo aquello pasara. Nada más que las de encontrar un sentido a lo malo
e insulso que expermientaba. Queria saber que la vida no me odiaba, que no era un simple error
De naturaleza extraña
PERO tal día como hoy sigo sin dar con palabras
que expresen mi amor eterno
y aquel brillo de mi alma.
SOLO SE DARLE LAS GRACIAS
Por sus calmantes sonrisas
Sus excitantes miradas
todas aquellas caricias
que hacen que todo se vaya
Todo excepto él
mi alegría
y
esperanzas
GRACIAS.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)